
Especialistas destacan los beneficios de una técnica que reduce la duración del tratamiento sin comprometer su eficacia
El cáncer de mama continúa siendo uno de los diagnósticos más comunes entre las mujeres, y aunque los avances en detección temprana han mejorado los resultados clínicos, los tratamientos prolongados siguen representando un desafío para la vida cotidiana de las pacientes.
El oncólogo radioterapeuta doctor Guillermo Potdevin Stein explicó que la radioterapia sigue siendo fundamental para disminuir el riesgo de recurrencia después de una cirugía, pero los nuevos esquemas permiten hacerlo en menos tiempo y con resultados comparables.
“Tradicionalmente, el tratamiento duraba entre cinco y seis semanas. Hoy, gracias a los avances tecnológicos, es posible completarlo en tan solo una semana sin aumentar la toxicidad”, señaló.
Este enfoque, conocido como hipofraccionamiento extremo, consiste en administrar la misma dosis total de radiación en un número menor de sesiones, lo que reduce el tiempo total de tratamiento y mejora la tolerancia de las pacientes.
“La clave está en la precisión. La tecnología actual permite enfocar la radiación exactamente en el área afectada, protegiendo órganos cercanos como el pulmón y el corazón”, agregó el especialista.
Además del beneficio clínico, el nuevo esquema tiene un impacto social y emocional importante, al disminuir los desplazamientos y las interrupciones laborales.
La reducción en la duración de la radioterapia representa, según especialistas, un paso decisivo hacia tratamientos más equitativos, accesibles y compatibles con la vida cotidiana de las pacientes.







